Peroratas de un precarizado cognitivo
Por Mateo Bedoya García
Uno de Nosotros
Ya que has decidido apartarte del rebaño, estimado, dedico estas líneas a recrear nuestra primera conversación, ese primer contacto informal en pleno evento inaugural, nuestra charla fundacional. Esta vez, con toda la honestidad que nos faltó entonces, sin pudor y proyectando lo que ocurriría en los siguientes 5 años de nuestra convivencia académica.
No, hermanito.
No fuiste, ni eres , y (después de esto) nunca serás uno de Nosotros, los estupendos, los excelsos, los magníficos.
Te presentarás al posgrado que diseñé para mi gente, mi alumnado, mi séquito; pasarás por el proceso de admisión y te matricularás con pocas dificultades y la burocracia de mi U creerá que eres uno de Nosotros, pero no te lo creas tú.
Te postularás a la vacante en la revista que dirijo, no serás seleccionado, a pesar de tu experiencia editando dos libros y organizando más eventos de los que puedo contar con mis coloradas manos. Ese puesto está reservado para uno de Nosotros, que para entonces tendrá tu misma edad y ninguna experiencia, pero es uno de Nosotros.
Te invitaré a mi grupo de trabajo, escucharás nuestras grandiosas interpretaciones y podrás presentar las tuyas ante un selecto grupo de profes titulares, asociados y asistentes.
Te vincularé a la organización de mi evento, dedicarás todo tu primer año a diseñar dominios de páginas web, cotizar servicios editoriales, administrar cuentas de redes sociales, y por supuesto, deberás preparar tu texto para presentarlo en nuestro evento, todo ello, claro está, lo harás de maravilla porque estás bajo el mando de uno de Nosotros, que es quien merece el crédito y la felicitación pública.
Te ganarás una beca, que no buscaste, tendrás que descartar otra opción más atractiva, pero debes cederle esa oportunidad a uno de Nosotros, que la necesita más que tú.
Te invitaré a la visita de auditoría del Ministerio, los asombrarás con intervención plena de palabras: fáctico, tácito, etéreo. Asentiré complacido de haber sido quien te trajo.
Te sugeriré tomar trabajos en condiciones precarias, te recomendaré abusadores y plagiadores, porque recuerda: para comer caviar, hay que comer mucha mierda.
Como veo que buscas tanto pertenecer y no alcanzas a ser uno de Nosotros, te propongo algo: te convertiré en nuestra mascota oficial.
¿Dónde sino aquí, conmigo?
Hablemos ahora de tu tesis, digo, de nuestra tesis.
Sin duda, te costó bastante comprender la línea de trabajo que te propuse en la caminata, que recuerdo vivamente, pero veo que tú, no. Debes aprender a memorizar todo lo que digo, sin tomar apuntes ni quedarte pensando, de eso depende que aprendas a hablar como yo, a expresarte bien.
Llegado el momento de la entrega de proyecto, debo confesarte, no le presté atención a tus objetivos, solo me fijé en lo importante para mí: las referencias. Es vital que cites y referencies los artículos que te recomiendo, comenzando por los míos. Lo demás, es adorno.
Cuando debiste sustentar tu propuesta ante el tribunal inquisidor que aprueba y rechaza las propuestas a desarrollar, cometiste mil errores, no los soporté y tuve que salir corriendo, todavía no entiendo cómo te aprobaron luego de semejante fiasco, es más, no sé cómo te toleré luego de eso.
Durante tu beca, empleaste a varios de nosotros, eso me gustó, pero me trajo varios problemas, desde entonces, debo pagar por los servicios y los tiempos que dedican a apoyar mis labores, un garrón, pero bueno, sigue siendo una cuestión de centavos. Prolongaste más de lo debido tu entrega, siempre excusándote en la falta de tiempo y de tranquilidad, que tienes muchos estudiantes, que vives en un altillo, que estás ocupado con el evento que te encargué, meras justificaciones de alguien que no ha tenido que trabajar, como nosotros.
Poco a poco y a duras penas, vas entregando y mostrando avances. Aprovecharé tus imprecisiones para decirte lo mal que estás leyendo al autor que yo vengo trabajando desde antes que tú pisaras una universidad, públicamente diré lo equivocado que estás, a pesar de los documentos que te respaldan.
Nadie en mi grupo contradirá mi palabra, a pesar de estar de acuerdo contigo, a pesar de conocer los mismos libros, artículos y tesis en las que te basas; por el contrario, pondré de ejemplo otros trabajos que se van sumando a tu perspectiva, pero estos sí con la lectura adecuada de mi marco.
Luego de tus intentos de deserción, volverás arrastrándote, como siempre te quise ver, como debiste comenzar, avanzar y terminar, juicioso, obediente, abnegado, dócil. Vas entendiendo que estás en el mercado de las necesidades, que debes ser necesario y que necesitas de las y los demás.
Terminarás el documento a duras penas, como el paso de un semáforo a punto de pasar a rojo, como la llegada a una meta en una carrera, eso sí, con una estrepitosa caída en lugar del podio reservado a uno de nosotros. Pero ¿dónde, sino aquí, conmigo, hermanito, habrías logrado ese nivel de comprensión que tienes, esa aguda mirada sobre el mundo? Recuerda que el conocimiento se construye en contexto, sobre todo, por ósmosis al juntarse con genialidades como la mía.
Ceci nes’t pas un journal scientifique
No temenos Call for papers, deadlines, peer reviewers, conflict of interests, guide for authors ni cualquier otro requisito que nos vincule formalmente a escribir académicamente en este espacio (sí, vamos a asumir este dominio en internet como un espacio, lo iremos llenando de a poco con lo que nos vaya saliendo de las yemas de los dedos, a sabiendas de su infinitud)
No pretendemos sumar puntos en nuestros siempre insuficientes perfiles de investigación, seguramente, alguien verá la posibilidad de clasificar estos textos en alguna categoría del sistema: Otros artículos publicados, Artículo de divulgación, Opinión o reseña, Nota de prensa, etc.
No cobramos por el tiempo dedicado a la escritura, la redacción, la revisión, la publicación o difusión de estas líneas, a la administración ni a la coordinación de nuestra comunidad, aunque nos cobren los servicios de internet, diagramación, alojamiento, equipos y demás.
No esperamos aparecer en las búsquedas sesgadas por algoritmos pagados por anticipado, que nos hagan visibles, cliqueables, accesibles a masas ingentes de gentes regentes, no alimentaremos el modelo de negocio que se vale del trabajo ajeno, ese que todo quiere capitalizar.
No mediremos los tiempos de permanencia, no contaremos los clics, no evaluaremos la fuente de los transeúntes digitales de esta página, no haremos conteo de visitas ni dispondremos las entradas de forma que se lean más unas y menos otras.
No validaremos las fuentes de nuestras palabras, inspeccionando plagios o errores de citación, evitaremos husmear en busca del error ajeno, celebraremos los deslices y las faltas como parte del proceso de aprendizaje, como cuando aprendimos a caminar.
No exigiremos formalidades estructurales, estilísticas, tipográficas ni estableceremos mínimos innegociables para la extensión de nuestras composiciones, valoraremos la capacidad de problematizar, ficcionalizar, estetizar lo que nos rodea y lo que llama nuestra atención.
No competimos con otras iniciativas de comunicación, de ningún tipo, no buscamos ser tendencia ni marcar una pauta para la publicación; queremos romper con la autoridad (académica, teórica, social e institucional) para establecer un punto de enunciación distinto, un abordaje diverso, una libertad que nos aleje de la hiperproductividad.
No queremos más que pensar, en la mayor libertad posible, lo más claramente posible, con la mejor compañía posible, lo más tranquilamente posible, con la mayor comodidad posible, con el menor esfuerzo posible.
No tenemos otra temporalidad, modalidad ni espacialidad, más que aquí, así y ahora. Aspiro a que seamos: Objetivamente muy subjetivos/as.